
Cuando los mesopotámicos inventaron el prototipo arcacico de lo que hoy conocemos como "la oreja de la taza" nunca se imaginaron que habían hecho un gran aporte para la creación de uno de los accesorios más útiles e ingeniosos de la historia de la humanidad. Siglos más tarde, en la cuna de la cultura occidental, los griegos perfeccionaron este artefacto y lo transformaron en algo más similar a la oreja actual.
Pero realmente son pocos los que conocen la realidad: todo comenzó en el período colonial en una pequeña localidad en el sur de nuestro país. Los habitantes de aquel mitico pueblucho sufrían cada vez que bebían de su brebaje preferido, el vino navegado casi hirviendo, debido a que sus inoperantes pocillos de beber con pseudo-orejas provocaban la quemazón de sus manos, pero ellos, fieles a sus tradiciones seguían bebiendo de tal fogosa bebida, a pesar del perjuicio que esta acción provocaba sobre la delicada epidermis de sus manos. Aproximadamente en el año 1512, un indígena de aquella región, provisto de un envidiable ingenio, terminó el refinamiento de aquel notable artilugio y de paso terminó con un trabajo iniciado hace miles de años. La nueva taza con oreja no tardó en expandirse, primero por el Virreynato del Perú, luego por toda América y más tarde por todo el mundo.
Así es, la oreja de la taza es una de las creaciones más utilizadas en el diario vivir de cada uno, es casi imposible imaginarse el mundo sin la existencia de este brazo anexado al tazón. Pero por supuesto, siempre hay gente que prefiere otras cosas, como el vaso convencional, la cantimplora o inclusive la copa. ¿ Has tenido alguna experiencia con la oreja de la taza? compártela con nosotros, o simplemente expresa tu opinión.
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